Árbol de letras

Erscheinungsjahr: 
1967-1968
Kulturraum: 
Land: 
Jahrhundert: 
Informationen zur Zeitschrift: 
Carlos Fuentes en el quinto número de Árbol de Letras escribió que la verdadera revolución estaba en el acto de la palabra: "La palabra es hoy la fuente original de todo cambio. Anuncio en algunas partes, resistencia en otras, enemiga dondequiera. Ha llegado, quizás, el momento de darle a la palabra la realidad y actualidad que nuestros enemigos ya le atribuyeron y arriesgar en una solidaridad superior a las lenguas, a las fronteras y a las ideologías la afirmación comunitaria de nuestra vocación". Sin quererlo esta idea se convirtió en el estandarte de Árbol de Letras. A principios de la década de los sesenta en Chile, el ambiente intelectual y cultural estuvo marcado por una masiva proliferación de revistas literarias, las que en su mayoría estuvieron vinculadas a proyectos universitarios. Estas revistas se convirtieron en un soporte fundamental para la difusión de obras de escritores jóvenes, especialmente de poetas. Paralelamente, emergieron pasquines y publicaciones, cuyo principal propósito fue llevar a cabo una discusión teórica, ideológica y crítica en torno a la contingencia latinoamericana. En esta época de cambios sociales, políticos y culturales, muchos de los escritores asumieron un compromiso con su realidad social, poniendo su creación al servicio de un propósito revolucionario. Junto a estos pasquines, las revistas literarias se vieron un poco contaminadas con dichos proyectos ideológicos, sin embargo privilegiaron siempre la investigación literaria, el estudio de las obras, y la difusión de actividades culturales. A fines de esa década, sin embargo, el entusiasmo intelectual de adhesión a la contingencia latinoamericana comenzó a decaer y las revistas literarias adquirieron mayor fuerza en el circuito intelectual. En este contexto, nació la revista Árbol de Letras, la cual fue fundada en 1967. En el momento de su aparición, los ojos del mundo estaban puestos en la situación política de Cuba y su inminente bloqueo por parte de Estados Unidos. La discusión intelectual giraba en torno a ese hecho y muchos de los escritores tomaron partido a favor de Cuba. Árbol de Letras se comprometió tangencialmente con dicha causa, sin dejar de nombrarla, pero desde su primer número se presentó como una publicación orientada principalmente a la difusión literaria, de obras, de escritores y noticias culturales. Esta opción fue criticada por el diario Punto Final, sin embargo Árbol de Letras respondió ante tal crítica demostrando que era el momento de referirse a la cultura, cosa que ya hacían muchas de las revistas que circulaban por esos años. Con esto, Árbol de Letras definió su objeto de estudio: la palabra y la literatura. Asimismo, dio a conocer su objetivo: apoyar el diálogo e intercambio cultural. La revista tuvo once números de existencia, durante los cuales mantuvo intacta su línea editorial. En un principio, sus redactores fueron casi únicamente Jorge Teillier y Antonio Avaria y con el tiempo se fueron integrando algunos colaboradores, entre ellos Ariel Peralta Pizarro, Lautaro García, Humberto Díaz-Casanueva y Alfonso Alcalde. El grupo creador de Árbol de Letras tuvo una propuesta teórica cercana a los planteamientos de la Generación literaria de 1950. Y aunque la revista se editó solamente por un año, las ideas que allí se imprimieron dejaron su huella en el escenario intelectual chileno.