La Revista de Artes y Letras, publicada durante el año 1918 por Fernando Santiván y Miguel Luis Rocuant, fue la sucesora de la revista Los Diez, publicada por el círculo de escritores y artistas del mismo nombre entre los años 1916 y 1917. Pese a que Santiván se negó a integrar el círculo de Los Diez -que sumó a muchos más intelectuales y artistas de los que anunciaba su nombre-, el escritor se convertiría en uno de los precursores de este grupo al fundar en 1904, junto al escritor Augusto D'Halmar y al pintor Julio Ortiz de Zárate, la frustrada y famosa Colonia Tolstoyana. La Revista de Artes y Letras no fue la primera publicación ideada por Santiván: ya en 1912 había fundado la revista Pluma y Lápiz, con el propósito de revivir la publicación del mismo nombre creada en el año 1900 por el poeta Marcial Cabrera Guerra. La revista Los Diez alcanzó a publicar sólo cuatro números, entre septiembre de 1916 y abril de 1917. Poco después de esta última fecha, Fernando Santiván se encontró con Pedro Prado, líder del grupo Los Diez, a quien le pidió autorización para continuar publicando una revista que prosiguiera la línea de aquella. Así fue como Fernando Santiván, con la ayuda del poeta Miguel Luis Rocuant, editó una publicación que, bajo el nombre de Revista de Artes y Letras, fue la sucesora natural de la revista Los Diez. La revista salió a la venta en 1918, sin ninguna declaración de principios o manifestación de intenciones que la introdujera. Su formato era prácticamente el mismo de su predecesora (23,5 cm de alto por 15,5 cm de ancho) y, tal como esta última, alternó su publicación con la aparición periódica de libros, concebidos para formar parte de una biblioteca. Sin embargo, tal como le ocurrió a Los Diez, su sucesora alcanzó a tener solo cuatro números de vida, entre enero y diciembre de 1918. Entre cada número se editaron los títulos En la Montaña, del propio Fernando Santiván, La hora que queda de Iris, Cuna de Cóndores de Mariano Latorre y La vida que pasa de Luis Orrego Luco. A pesar de estas similitudes, la Revista de Artes y Letras se distanció de su antecesora en varios aspectos importantes. En lugar de insistir en el enfrentamiento con la crítica que caracterizó a Los Diez, optó por abrir a los críticos un espacio en sus páginas, especialmente a Ricardo Dávila Silva -alias Leo Par- y a Ricardo Valdés Bustamante -alias Juan Duval-, quienes habían sido detractores de Los Diez. Además, la revista amplió sus intereses a las nuevas exposiciones de arte, incluyó una sección dedicada a la política exterior de Chile e incorporó a un importante número de colaboradoras femeninas. A pesar de su corta duración, la Revista de Artes y Letras logró congregar a importantes autores nacionales, muchos de ellos entre los jóvenes más promisorios de su tiempo, como es el caso de José Santos González Vera, Hernán Díaz Arrieta (Alone) y Ernesto Montenegro.