Alejandra Torres: Leer y mirar: la apuesta de Rubén Darío como director de revistas ilustradas

  • Posted on: 29 April 2014
  • By: nanette

Con dirección literaria de Rubén Darío y artística de Leo Merelo, bajo la administración de los banqueros uruguayos Alfredo y Armando Guido, la revista Mundial Magazine aparece en París en abril de 1911 hasta agosto de 1914. El emprendimiento es recibido con entusiasmo en los círculos intelectuales de la época, especialmente, porque cuenta con firmas prestigiosas que la avalan.[1] Con una estructura similar a Le Figaro Modes, incluso en cuanto a su tamaño, comienza un tiempo después que Mundial la revista de modas Elegancias en la que sólo Darío figura como director.[2]

Fig. 1: Tapa de la revista Elegancias

Fig. 2: Interior de la revista Elegancias

El poeta-director acepta la propuesta de los banqueros por una cuestión económica (E. Torres, 452).[3] Al poco tiempo se percata de que el proyecto literario que le ofrecen es un pretexto para lo mercantil —“Hace tiempo te escribí pidiéndote nueva colaboración para mi magazine Mundial. Digo mío porque soy director. El negocio es para los capitalistas. Ya se sabe” (Darío, Epistolario I, Carta a Ghiraldo, 1926, 93)—  y esta certeza la corrobora con sus amigos. Sin embargo, el escritor también consideró que en tanto director literario, podría dar trabajo a escritores conocidos y, fundamentalmente, propagar sus ideas estéticas en España e Hispanomérica. En este sentido, la carta que le envía al Ministro de Santo Domingo, Federico Velázquez y Hernández, el mismo mes en que empieza la aventura de la dirección de las revistas, es contundente:

[Me comunico] en ocasión de anunciarle la aparición de la revista Mundial, que tengo la honra, en calidad de director de la misma, de ponerla bajo el amparo de usted, y a su absoluta disposición, en lo que toca a su objeto que es el de servir de propaganda, literaria y gráfica, de la cultura y la actividad vital de nuestro continente hispanoamericano (Ghiraldo, 486).

Como se lee, atento a la cultura gráfica y literaria, el propósito de Rubén Darío articula textos e imágenes en una conjunción difícil de separar aunque ha sido pasada por alto por la crítica dariana y por las ediciones de la obra del poeta. Como mostraremos, Darío no sólo concibe la escritura de un modo visual, sino que los textos escritos por él y publicados en ambas revistas llevan dibujos y fotografías.

Seguimos la hipótesis de Graciela Montaldo cuando considera que el poeta arma alianzas intelectuales entre España e Hispanoamérica en función de una idea de cultura hispanoamericana “como la mejor estrategia para obtener visibilidad cultural” (Montaldo, 75–83). En nuestra lectura, como ya lo resaltamos en un trabajo anterior, consideramos que se realiza una “doble visibilidad cultural” dado que los textos se complementan con imágenes (A. Torres 2012a). Darío apuesta a que se ´lea’ y se ‘mire’ las especificidades de Latinoamérica. Si  bien, el poeta no utilizó el adjetivo “latinoamericano” el hecho de que en los artículos sobre “Las Repúblicas Hispanoamericanas” incluya a Brasil, nos habilita para emplearlo.

En dos de las secciones fijas de Mundial, firmadas por Darío, se lleva a cabo el programa de “propaganda literaria y gráfica” del Continente al que se alude en la carta al Ministro. Nos referimos a “Cabezas” y “Las Repúblicas Hispanoamericanas”.

En “Cabezas” se resalta la labor de catorce hombres de la cultura latinoamericana, uno de Brasil, Graça Aranha, y dos españoles. A su vez, en los artículos agrupados bajo la denominación de “Repúblicas Hispanoamericanas” se resalta la potencialidad del Continente a partir de descripciones de cada uno de los países: geográfica, económica, educativa, política, entre otras y se rinde homenaje a algunos personajes distinguidos de cada lugar (A. Torres 2010a). La sección “Cabezas” lleva un retrato a lápiz de un ilustrador, mientras que, a “Las Repúblicas Hispanoamericanas” se le suma una profusión de fotografías que complementan las descripciones y agregan información. Además, las fotos que se ‘eligen’ permiten visualizar las ‘bondades’ del Continente, producen sentido y construyen un imaginario. En ediciones posteriores de estas secciones se han omitido las imágenes, nos referimos, especialmente, a la selección que se ha hecho de las series “Cabezas”[4] y “Las Repúblicas Hispanoamericanas” compiladas como Prosa Política.[5]

Fig. 3: Retrato de Gomez Carillo con lápiz por Vázquez-Díaz en la serie “Cabezas” (Mundial Magazine 14, junio 1912, 110–112)


Fig. 4: “Cuba” (Mundial Magazine 17, 410–415)

Las historiadoras de arte Laura Malosetti Costa y María Isabel Baldasarre sostienen que la revista Mundial fue un foro que permitió “congregar a una comunidad intelectual y artística en la que no fueron tan definitorias las distancias estéticas y sí lo fue el origen común: latinoamericanos y españoles” (Malosetti Costa/ Baldasarre, 202). Esta afirmación refuerza la idea de la construcción de una comunidad hispanoamericana en París, que ya ha sido abordada por la crítica, pero esta vez las autoras se ocupan de señalarla en el caso del colectivo de dibujantes, pintores e ilustradores.

En el contexto de la cultura visual surge hacia 1895 el género ’magazine' que permite reunir en sus páginas distintos géneros textuales e informaciones de carácter general, arte, literatura, humor, temas culturales y políticos, publicidad, sumado a la profusión de imágenes fotográficas e ilustraciones variadas. Inmerso en la cultura visual, Rubén Darío atiende particularmente al desarrollo de la capacidad tecnológica que hace visibles cosas que no se pueden visualizar por sí mismas. La tendencia moderna de plasmar en imágenes o visualizar la existencia era “normal en la era moderna” (Mirzoeff, 23). Lo invisible se ’impresiona‘ sobre lo visible como ocurre con la fotografía entendida como marca, huella o los rayos X descubiertos en 1895, entre otros aparatos técnicos, que permite nuevas posibilidades de visualización. En 1894 Darío escribe el cuento fantástico “Verónica” en el que tematiza esas cuestiones; luego, en una reescritura del mismo “La extraña muerte de Fray Pedro” publicada en Mundial Magazine en 1913, vuelve sobre el tema para dejar sentada la idea de la fotografía como arte (A. Torres 2008).

Después de que la industria conquistara terreno con las tarjetas de visita con retrato, la posesión y el consumo fotográfico se produce una “segunda industrialización” con el ingreso de la fotografía en los objetos editoriales por medio de sistemas fotomecánicos de reproducción de imágenes (Tell, 142). Con anterioridad a la fotografía, la amplia difusión y éxito comercial que produjo la cultura gráfica hizo que la imagen dominara tanto el mundo del libro así como la prensa periódica. A la xilografía al hilo y al grabado en cobre para multiplicar imágenes se le suman otras técnicas: el grabado en madera de boj, grabado sobre acero, la litografía, la fotografía y el fotograbado. Sandra Szir señala que:

En la producción editorial europea del siglo XIX, considerada por muchos autores como la edad de oro de la ilustración, la imagen multiplicó su presencia en una diversidad de géneros: guías de viajes, libros escolares, novelas, libros religiosos, de historia del arte, así como todo tipo de publicaciones periódicas, desde las más populares hasta las más lujosas (Szir, 111).

Mundial Magazine y la revista Elegancias tienen lujosas ediciones en papel satinado con cubiertas, láminas y fotografías a color. Además de proponer distintas modalidades visuales, las revistas que dirige Darío están imbricadas en una trama de acontecimientos sociales e históricos de nivel mundial y completan la red de intercambios que ya había sido diseñada por los escritores modernistas mediante las revistas literarias.[6] Acordamos con Eduardo Romano en que las publicaciones ilustradas determinan un nuevo régimen de lectura por su fundante conjunción de lo icónico-verbal a la vez que, al convivir con el texto, las imágenes desplazan parcialmente a la palabra o la complementan mediante epígrafes que era necesario leer o bien “planteaban nuevas exigencias al propio autor del texto verbal, quién tenía la necesidad de ‘explicar’ algún dibujo o fotografía” (Romano, 150). La práctica de leer se amplía, se “espectaculariza” (Romano, 169) porque los lectores/espectadores comienzan a ‘mirar’ de otro modo el diálogo entre palabra e imagen y la disposición de la página como resultado de la diagramación. Resaltamos que, fundamentalmente, la fotografía tuvo gran protagonismo en las publicaciones ilustradas por el valor de registro, de documento, de huella que conlleva al mismo tiempo que por las posibilidades artísticas. En el caso de los textos con imágenes de Darío se puede comprobar la labor ‘explicativa’, ‘argumentativa’, ‘creativa’ o ‘ficcional’ de algunos epígrafes o pie de fotos como así también de los dibujos. Como ejemplo, tomo especialmente, dos textos en prosa con fotografías como “Hombres y pájaros” (Mundial Magazine 28, 1913, 305–309) y “París nocturno” (Mundial Magazine 1, 1911, 51–56) (A. Torres 2010a). Al tratarse de un magazine, Mundial y también Elegancias presentan una heterogeneidad textual tanto en el plano icónico (caricaturas, dibujos, fotografías) como en los textos verbales. Nos interesa atender las formas de la materialidad de estas revistas y esto implica tener en cuenta tanto sus formas iconográficas como discursivas.

Texto e imágenes

El ‘giro pictórico’ en la cultura contemporánea, como lo entiende W.J.T Mitchell, no sólo ha cambiado la forma en que la cultura visual se produce y se consume, también plantea nuevas preguntas y versiones de las que ya existían, sobre el lugar de la visualidad en el lenguaje. Para Mitchell, el ‘giro pictórico’ es un descubrimiento post-lingüístico de la imagen como un juego complejo entre

la visualidad, los aparatos, las instituciones, los discursos, los cuerpos… es el descubrimiento de que la actividad del espectador (la visión, la mirada, el vistazo, las prácticas de observación, vigilancia y placer visual) puede constituir un problema tan profundo como las varias formas de lectura y que no se puede explicar el alfabetismo visual basándonos en un modelo textual (Mitchell, 23).

Al incorporar imágenes con distintos formatos, en distintos soportes y géneros, el magazine ilustrado abre a los lectores/espectadores una ventana al mundo y permite ejercer la mirada en sus múltiples variantes.

La conjunción imagen-texto en la revista ilustrada sigue una fórmula tradicional que implica una subordinación y sutura de un medio en el otro. Sin embargo, encontramos en el proyecto dariano de revista ilustrada distintos ejemplos sobre estas relaciones que nos permite pensar en un sistema más amplio de escritura (pictográfica, fotográfica).

Además de la relación complementaria entre imagen y texto, hay escritos de Darío donde se produce una identificación absolutamente sintética de códigos visuales y verbales (que marcan el colapso de la distinción entre la escritura y el dibujo). Como ejemplo, destaco las palabras de Darío sobre el proyecto del artista mexicano Roberto Montenegro que integraba en París el entorno del catalán Anglada Camarasa y quién ilustrara en Mundial Magazine varios de los escritos de ficción de Darío con una impronta simbolista “(Montenegro) pinta lo que yo escribo […] puesto que yo escribo lo que él pinta” (cit. en Malosetti Costa/ Baldasarre, 215). Como dijimos, es importante destacar que las colaboraciones tanto ficcionales, cuentos y poemas, así como crónicas y artículos del director, inéditas o ya publicadas, incluyen fotografías o ilustración contigua al texto, firmada por el ilustrador.[7] En las publicaciones periódicas, normalmente, el tipo de texto o tema abordado, convocaba a un determinado ilustrador. Un relato puede ser focalizado de una u otra manera según la visión del artista. Esta fluctuación determina el sentido del texto. El encuentro entre dibujante y escritor puede darse por afinidad mutua o bien por imposición del director artístico. Además de la dupla Darío- Montenegro, destacamos la labor constante que se mantiene en el período de vida del magazine junto al ilustrador Basté quién ilustra los textos de ficción como cuentos y poemas. Los dibujos de Basté concentran la intensidad de la historias narradas o de las imágenes poéticas. Entre los poemas: “Pequeño poema de carnaval” (Mundial Magazine 11, 1912, 418–422); “La rosa niña” (Mundial Magazine 13, 1912, 28–30); “Los motivos del lobo” con ilustración a color (Mundial Magazine 32, 1913, 107–110), también el poema en prosa “Boeklin” ilustrado a color (Mundial Magazine 35, 1914, 403–406) y los cuentos como “El caso de la señorita Amelia” (Mundial Magazine 21, 1913, 761–765)” y “La extraña muerte de Fray Pedro” (Mundial Magazine 25, 1913, 761–765). Otros nombres prestigiosos ilustran la literatura de Darío pero sólo esporádicamente.

En Mundial Magazine tiene un rol destacado la dupla Darío/ Vázquez Díaz. Este prestigioso ilustrador español ilustra el cuento “Primavera Apolínea” (Mundial Magazine 4, 1911, 393–395) y colabora de modo ininterrumpido en la sección “Cabezas” en la que sintetiza el texto dariano con un dibujo a lápiz el retrato de una figura destacada del quehacer intelectual de Latinoamérica y/o España. La excepción a esta norma, es el dibujo que a propósito de la “cabeza” de Ángel Zárraga, ilustra el artista Diego Rivera (Mundial Magazine 19, 1912: 640–642).

Darío realiza un trabajo personalizado en relación con la ilustración en la sección “Cabezas” como queda documentado en la carta que le dirige a su amigo Julio Piquet:

De Mundial me pidió el joven Linares una cabeza, la de Benavente. Yo soy el único que debe señalar, puesto que soy el que las hago, cuáles cabezas deben ir. Para el encargo de los dibujos doy una lista con anticipación (Ghiraldo, 295).

Esta cita muestra no sólo la importancia de la cuestión gráfica, sino también que el rol de Darío como director está marcado por la presencia y la toma de decisiones (Hernández de López).

En nuestra lectura, consideramos también que la sección “Cabezas” de Mundial se completa con las pocas pero decisivas intervenciones del director en la revista Elegancias en las que se resalta la labor de artistas femeninas, entre ellas la de las hermanas argentinas Guglielmini quienes se dedican a la música (Elegancias 36, 1913, 178, cf. fig. 5); y a modo de ‘Cabezas/retrato’ se incluye en el caso de las músicas, dos fotografías. Destacamos, especialmente, la “Cabeza” de la poeta cubana Dulce María Borrero de Luján.[8] Darío firma la reseña del último libro de poemas de Dulce María: “En Berlín —puesto que los editores hispanoamericanos siguen siendo no mirlos sino cuervos blancos— ha aparecido el volumen de poesías de la señora Dulce María Borrero de Luján, posiblemente, la mejor dotada de intensidad y lirismo entre las musas de la isla de Cuba”; luego de describir el arte romántico de Dulce María, la compara con escritoras parisinas y con Delmira Agustini. También el director resalta que “ama y canta tropicalmente pero siempre al influjo de un sentimentalismo a la española” (Elegancias 31, 1913, 4). De esta escritora, se agrega una retrato-cabeza firmada por el dibujante Pesle (fig. 6).

Fig. 5: Fotos de las hermanas Guglielmini

Fig. 6: “Cabeza” de María Borrero de Luján

A diferencia de „Cabezas“, en la serie “Las Repúblicas Hispanoamericanas“, escrita en una prosa llana y explicativa, sólo se incorporan fotografías. El primero de éstos es el dedicado a la República Argentina (Mundial Magazine 3, 1911, 232-239) y terminan con la República de Panamá (Mundial Magazine 23, 1913, 968-972). También podría agregarse a esta serie el artículo sobre la República de Panamá “Lesseps y Panamá” (Mundial Magazine 28, 1913, 305-309) en el que se incluye además de una foto del fotógrafo francés Nadar, todo tipo de ilustraciones: croquis, mapas, dibujos y fotos. Las “Repúblicas hispanoamericanas” como dijimos, podrían denominarse también iberoamericanas o latinoamericanas porque el director, incluye a los “Estados Unidos del Brasil” en el número 12 publicado en 1912 e incluso, Darío se detiene en una reflexión sobre la lengua del Brasil, el portugués, al igual que sobre la del Paraguay, el guaraní, en el texto “La República del Paraguay” (A. Torres 2012b, 183–196).

Ambas secciones pueden leerse de modo complementario y sostenemos que, en relación con la “doble visibilidad cultural”, el director permite que se vea, que se visualice las ´cabezas/retratos’ de intelectuales, hombres de la cultura pero también de las mujeres (como en el ejemplo de Dulce María). En “Las Repúblicas…” se puede ´leer’ y ´ver’ las imágenes de los países en todas sus potencialidades. Mediante los retratos y artículos con dibujos y/o fotografías Rubén Darío consolida el armado de una red fijando por medio de la palabra y la imagen las posibilidades del continente a la vez que da sus lectores/espectadores una visión más ampliada y completa (A. Torres 2012b).

Las fotografías del viaje

Con el propósito de difundir las revistas, lo miembros de Mundial y Elegancias, realizan un viaje de ‘márketing’ por España, Portugal y América Latina. El viaje está documentado en las páginas del magazine en forma de crónicas de viajes con inclusión de fotografías. En el mes de abril de 1912, a un año de publicado el primer número de la revista, se avisa a los lectores que Mundial comenzará una gira por los países de Hispanoamérica, y se resalta el enorme esfuerzo que se hizo hasta el momento y a la vez, se anuncia que esperan una cordial acogida dada la cantidad de correspondencia recibida desde los países que se visitarán. El texto firmado por los editores lleva una foto del director literario y otra del administrador propietario Armando Guido (Mundial Magazine 12, 1912, 499).

Fig. 7: El viaje de Mundial. Llegada a Barcelona (Mundial Magazine 14, 1912, 149)

Fig. 8: Los representantes de Mundial en Río de Janeiro (Mundial Magazine 16, 1912, 294)

La documentación del periplo iniciado por Rubén Darío, Armando Guido, el redactor Javier Bueno y el fotógrafo Paul Boyer se lleva a cabo desde el número 12 hasta el número 23. Las notas alternan en las firmas, las comienza Javier Bueno y las termina Edmundo Montagne. La comitiva de Mundial sale desde París hacia Barcelona, luego se dirigen a Madrid, Portugal, Brasil, Montevideo y Buenos Aires. Después del viaje a Buenos Aires, Darío regresa a París y continúa un pequeño grupo hacia Chile.

El periplo queda registrado en texto e imágenes desde el momento en que los Guido le ofrecen a Darío un banquete de despedida en el café Riche y en el cual el poeta director en su discurso refuerza el propósito de su empresa:

Al dedicar mis esfuerzos a estas dos publicaciones de Mundial y Elegancias, tan hermosamente presentadas, son mis deseos que ellas sean un punto de encuentro de la mentalidad ibero–americana, con cuya buena voluntad he de contar en ambos continentes (Mundial Magazine 13, 1912, 71).

El director apuesta a la ‘red’ de países Latinoamericanos y de la Península Ibérica para su propósito. Asimismo, señalamos que el redactor de la nota, Javier Bueno, da cuenta del rol de Darío en tanto director:

Ajeno es Darío a estas líneas, que por una vez pasan a la imprenta sin que sean sometidas a su fallo… de habérselas sometido, a buen seguro que habría tachado muchas que son fiel reflejo de la fiesta, y entonces, en estas cuartillas, no aparecería sino muy canija la verdad. Nos rebelamos, pues, por un momento, contra la tutela de nuestro Director, al hacer esta reseña (Mundial Magazine 13, 1912, 70).

Con esta cita, una vez más, comprobamos el rol personal que ejercía Darío.

En el siguiente número, ya asistimos a la crónica de viaje. El cronista resalta su carácter de aprendiz en el oficio y se entrega a los consejos del director “Rubén me llama a su lado, comienza a hablarme de América, de España y después, amablemente, ejerce sus funciones de director, me instruye y me guía sobre lo que han de ser estas crónicas de viaje”, de este modo, el cronista, destaca su rol de “discípulo”: “Charlando así Darío, y siendo yo todo oídos, dieron las dos de la madrugada” (Mundial Magazine 14, 1911, 149). A partir del trayecto de Barcelona a Madrid la crónica se focaliza en la frágil salud del director durante el viaje.

En Madrid se destaca el movimiento literario, artístico y periodístico, se entrevistan a los escritores y pintores más importantes y como estrategia de propaganda, a éstos prestigiosos nombres, se los hace opinar sobre Mundial Magazine, las apreciaciones son superlativas. Destacamos el encuentro de Darío y el conde de Navas porque da cuenta de la fama que había adquirido el emprendimiento. En el relato, el Conde afirma que tiene por el magazine un gran cariño y que “es una revista que no existía en castellano y que se hacía sentir su necesidad… ustedes han hecho por la prensa hispano–americana y por las letras algo muy grande que yo veo tendrá un provechoso futuro. El Rey la conoce y muestra siempre un gran interés por sus progresos” (Mundial Magazine 15, 1912, 250).[9] Del recorrido que realiza la caravana de Mundial, el viaje a Buenos Aires, es sin duda, uno de los más gratificantes para el director y también da cuenta del impacto que tenía su persona y su trabajo como poeta y como director de revista ilustrada. Entre las personalidades con las que se encuentra Darío y la comitiva de Mundial se citan extensas charlas con Ricardo Rojas, Luis Berisso, Rafael Obligado, Joaquín V. González, Clemente Onelli, Pastor Obligado, asimismo se da cuenta de la intensa actividad de periódicos (La Nación, La Prensa, La Argentina, La Mañana, El Diario, La Razón, La Gaceta, entre otros) y semanarios gráficos–informativos como Fray Mocho, Caras y caretas, y P.B.T. En relación con la gira de propaganda es interesante señalar como se reproducen las distintas voces de la cultura argentina como estrategia para armar una imagen prestigiosa de las revistas.

En la entrevista a Obligado, éste califica a Mundial de “primorosa revista” y juzga que el éxito es lógico dado que la dirige Darío; para Joaquín V. González afirma que es suscriptor de Mundial y que realizará un artículo porque la “presentación gráfica, incita” (Mundial Magazine 19, 1912, 600).

La pregunta de Ricardo Rojas va directo al meollo del problema que se tornará en la dificultad más grande entre director y empresario: las ganancias. Rojas afirma: “Mundial es la mejor revista y ¿cómo empresa —le pregunta a Armando Guido— resulta?

Volvemos sobre el tema esbozado al inicio de éste artículo porque el origen de la disputa que tiene Darío con los banqueros uruguayos es porque la empresa, prestigiosa en cuanto a la calidad de arte y de literatura, no redituaba lo que éstos esperaban.

En relación con los Guido, Darío le escribe a su íntimo amigo Julio Piquet en enero de 1913, apenas regresa del viaje a Buenos Aires “Vale más cortar por lo sano. Ir allí con un huissier, tomar nota de ciertas cosas, que me devuelvan mi libros, que rescindan el contrato y me paguen la indemnización —que es una porquería— ya yo veré cómo me las arreglo después” (Darío, Epistolario I, 1926, 295). Meses después, en una carta fechada en noviembre de 1913, Piquet le responde que él había hablado con Armando Guido:

me dijo que estaba dispuesto a poner a mi disposición los libros, balances, etc., para demostrarme que la empresa no ha realizado utilidades todavía… el hombre se mostró muy deferente y me aseguró que él y su hermano habían hecho cuanto les era posible por complacerlo a usted….[10]

Como ya está documentado, estas relaciones tirantes en lo económico, que en más de una ocasión le han suscitado a Darío el deseo de claudicar en la empresa, por las dificultades de todo orden que atravesó, incluso en el Concurso literario organizado en 1913 en el que “tenía la intención de fomentar la dedicación a las letras tanto en Hispanoamérica como en España” (Hernández de López, 300), sin embargo, las responsabilidad por la vida de la revista y su propósito de unidad y de que el emprendimiento sirva para la “propaganda, literaria y gráfica, de la cultura y la actividad vital de nuestro continente hispanoamericano” (Ghiraldo, 486) ha sido más fuerte y Rubén Darío continúa como director hasta el cierre de las revistas, a causa de la Primera Guerra Mundial.

Bibliografía

Primaria:

Mundial Magazine. Revista de revista de Arte, Ciencias, Historia, Teatros, Actualidades y Modas, París, 1911–1914. Ed. por Rubén Darío. F Véase también aquí

Elegancias. París, 1911–1914. Ed. por Rubén Darío.

Darío, Rubén (1916): Cabezas. Prólogo y dirección Ernesto Morales y Leopoldo Durán. Buenos Aires: Ediciones Mínimas.

― (1926): Epistolario–I. En: Obras completas, Vol. XIII. Madrid: Biblioteca Rubén Darío.

― (1997): Las Repúblicas Hispanoamericanas. Edición de Pedro Luis Barcia. Bs. As. Embajada de Nicaragua.

Secundaria:

Carilla, Emilio (1969): “Rubén Darío y la revista Mundial Magazine”. En: Iberoromania, No 1/1, München, pp. 81–88.

Ghiraldo, Alberto (1943): El archivo de Rubén Darío. Buenos Aires: Losada.

Hernández de Lopez, Ana María (1988): El Mundial Magazine de Rubén Darío. Madrid: Ediciones Beramar.

Malosetti Costa, Laura / Baldasarre, María Isabel (2013): “Enclave latinoamericano (o en clave latinoamericano): el arte y los artistas en Mundial Magazine de Rubén Darío”. En: Malosetti Costa, Laura / Gené, Marcela (comp.): Atrapados por la imagen. Arte y política en la cultura impresa argentina. Buenos Aires: Edhasa.

Mirzoeff, Nicholas (2003): Una introducción a la cultura visual. Barcelona: Paidós.

Mitchell, W.J.T. (2009): Teoría de la Imagen. Madrid: Akal.

Molloy, Sylvia (1972): La diffusion de la littérature hispano-américaine en France au XXe siècle. Paris: Presses Universitaires de France.

Montaldo, Graciela: “La cultura invisible: Rubén Darío y el problema de América Latina”. En: Revista brasileira de literatura comparada. Río de Janeiro No 4, pp. 75–83. Véase aqui

Romano, Eduardo (2004): Revolución en la lectura. El discurso periodístico literario de las primeras revistas ilustradas rioplatenses. Buenos Aires: Catálogos.

Szir, Sandra (2009): “Entre el arte y la cultura masiva. Las ilustraciones de la ficción literaria en Caras y Caretas (1898–1908)”. En: Malosetti Costa, Laura / Gené, Marcela (comp.): Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural de Buenos Aires. Buenos Aires: Edhasa, pp. 109–139.

Tell, Verónica (2009): “Reproducción fotográfica e impresión fotomecánica: materialidad y apropiación de imágenes a fines del siglo XIX”. En: Malosetti Costa, Laura / Gené, Marcela (comp.): Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural de Buenos Aires. Buenos Aires: Edhasa, pp. 141–164.

Torres, Alejandra (2008): “La Verónica modernista. Arte y fotografía en un cuento de Rubén Darío”. En: Nitsch, Wolfram / Chiaia, Matei / Torres, Alejandra (comp.): Ficciones de los medios en la periferia. Técnicas de comunicación en la ficción hispanoamericana moderna. Köln: Universität Köln, pp. 73–83. Véase aquí

― (2010a): “París nocturno” de Rubén Darío: fotografía, arte, técnica y magia. En: Papeles de trabajo. Revista electrónica del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín, año 3, No 6. Véase aquí

― (2010b): “La Argentina del Centenario. En: Mundial Magazine de Rubén Darío” En: Olivar. Revista de Literatura y Cultura Españolas. Número Monográfico Lengua, literatura y cultura en el Bicentenario, año 11, No 14 pp. 93–103. Véase aquí

― (2012a): “La escritura de Rubén Darío: arte, técnica y medios masivos”. En: Tedeschi, Stefano / Botta, Sergio (eds.): Rumbos del hispanismos en el umbral del Cincuentenario de la AIH. Roma: Bgatto Libri, pp. 616–623.

― (2012b): “El uso de la fotografía. En: Mundial Magazine. El caso de la República del Paraguay”. En: Oviedo Pérez de Tudela, Rocío (comp.): Rubén Darío en su Laberinto. Madrid: Editorial Verbum, pp. 183–196.

Torres, Edelberto (1952): La dramática vida de Rubén Darío. Guatemala.

Enlaces adicionales

Ø Véase también la página web sobre Rubén Darío del portal Cervantes Virtual.

Ø Sobre más revistas culturales en el contexto europeo y norteamericano véase los proyectos Modernist Journals y Modernist Magazines.

Ø El proyecto RubénDaríoDigital es un suplemento del Magazine Modernista y tiene un enlace al Journal of Hispanic Modernism.



[1]     Entre las prestigiosas firmas se encuentra la de Valle Inclán, Alcides Arguedas, Rufino Blanco Fombona, Manuel Gálvez, Ventura García Calderón, Enrique Gómez Carrillo, Max Henríquez Ureña, José Ingenieros, Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones, Amado Nervo, José Enrique Rodó, los hermanos Machado, Jacinto Benavente, entre otros muy conocidos.

[2]     Le Figaro tiene 35 cm de alto y 26 de ancho, mientras que Elegancias tiene 23 cm de ancho y 33 de alto.

[3]     Rubén Darío contaba con una amplia trayectoria en el mundo del periodismo: colaborador y redactor. Entre las revistas que fundó y dirigió el poeta: El correo de la tarde de Guatemala (1890–91); la Revista de América junto a Ricardo Jaimes Freyre en Buenos Aires (1894), El Imparcial de Managua (1896). A pesar de que las condiciones de vida nunca fueron favorables, como señala Carilla, para dirigir revistas literarias (Carilla, 1968, p.81).

[4]     Tomamos como ejemplo Cabezas de Ediciones Mínimas, publicado en Bs As en 1916, el mismo año de la muerte de Rubén Darío. En ésta se selecciona nueve “Cabezas”: Lugones, Rodó, Zorrilla de San Martín, Nervo, Rusiñol, Gómez Carrillo, Rodríguez Larreta, Graca Aranha, García Calderón. A modo de prólogo, los directores Ernesto Morales y Leopoldo Durán afirman que “La obra vasta y multiforme de Darío —el gran muerto de este continente y de esta hora— rinde materia, por su calidad y su trascendencia, para la dedicación futura de sabias y penetrantes exégesis” (en Darío 1916, 3).

[5]     Nos referimos a las ediciones citadas por Barcia como Darío, Rubén. Prosa política. (Las repúblicas americanas). Ilustraciones e Enrique Ochoa, Madrid, Administración Editorial Mundo Latino, s.a., 239 pp., vol XIII de las Obras completas. Hay otra: en Madrid Imp. De Juan Pueyo, MCMXX, 233 pp., vol. XIII de Mundo Latino. En relación a “Las Repúblicas…” destacamos, no obstante, que el crítico Pedro Luis Barcia realiza una edición de “Las Repúblicas Hispanoamericanas” en la que señala que los textos tienen fotografías pero no las incluye (Barcia en Darío 1997, 23).

[6]     Nos referimos, especialmente, a la Revista Azul, la Revista Moderna de México y la Revista de América, dirigida por Rubén Darío y Jaimes Freyre, entre otras.

[7]     El universo de las ilustraciones en Mundial Magazine es vasto. Para empezar, en cada número la portada lleva un dibujo a color de un pintor prestigioso. Entre las firmas, muy conocidas para la época, están las de Gosé, Vázquez Díaz, Basté, Orazi, Anglada Camarasa, Federico Ribas, Jobbé Duval, Brisgand, Fabiano, entre otros.

 

[8]     Dulce María Borrero (1833–1945) nació en La Habana. Fue poeta, bibliógrafa, publicista y pedagoga cubana. Fue miembro de número de la Academia Nacional de Artes y Letras desde su fundación en 1910 y codirectora, con Miguel Ángel Carbonell, de sus Anales. En 1935, ocupó la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Fundó la Asociación Bibliográfica de Cuba (1937) y a ella se debe la creación de varias bibliotecas públicas. Cf. EcuRed.

[9]     También el Conde de Navas hace referencia al archivo fotográfico y el cronista que lo ve, describe el importante cartel que da cuenta de la fama de Darío y la importancia de las revistas: “En un cofre de madera, en donde por orden alfabétio están ordenados unos cartones, encontramos uno que en efecto dice. Rubén Darío. ‘Mundial’. ‘Elegancias’” (Mundial Magazine 15, 1912, 252).

[10]    Sabemos por la cartas de Darío que éste procuraba que se pagara más de los estipulado a los escritores de prestigio. En la carta a Rodó fechada en Noviembre de 1911, Darío afirma “Aunque usted envía un recibo por 100 francos, he dicho a la administración que se le giren 150, pues es lo que he propuesto para las primeras firmas. Hay que comenzar a hacer valer algo nuestra pobre producción castellana” (Darío, Epistolario I, 1926, 450)

Alejandra Torres (CONICET, UBA/ UNGS)